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Itaca

Bienvenidos

...a los viajeros incansables hacia Ítaca. Es hora de reposo y de contar vuestras experiencias a los que nos quedamos. Esperamos con impaciencia. Un saludo. publicado por: administrador autorizado
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Limpiezas

A propósito de las limpiezas generalísimas, o no tanto. Fase A/ Tirar A1/ Tirar cosas mías Revistas : mmmm, si no la he leído! A ver qué fue lo que me interesó ... Uy, mira, podía recortar este artículo! Pelea conmigo misma. A la puta basura, ya buscaré en internet. Bravo! O no? Bueno, dejo este montón, aquí no estorban. Quince minutos para dejarlas en el mismo sitio. Quince. Los Quiz (toooodos los completagramas, mesas de relojero y jeroglíficos hechos). Los podría regalar, pq tirar tantos sin hacerlos...mmmm, parece pecado; cuántos crucigramas! Con lo que le gustan a, y a b, y a mí incluso! Y a quién le paso el marronazo? A la caja, ya veremos. Diez minutos y  van empezando los picores. Libros...qué espanto! en qué estaría pensando? Ni lo leí ni pienso, pero...tirar un libro? A la zona alta de la estantería, la de los libros pggggg Bolsos varios: está roto, es feísimo, me destroza la ropa, cómo pude? Que no me servirá para? Al altillo. Se cae el taburete, se caen los b...

La niña mala

El silo estaba al lado del cuartel de la guardia civil, un poco lejos de nuestras casas y cerca del cementerio al que nunca llegábamos entonces; nos gustaba ir hasta allí y columpiarnos en la plataforma metálica donde pesaban el grano: hacia delante, hacia detrás, todas a una haciendo fuerza con las piernas, lográbamos un pequeño vaivén que a nosotras nos parecía el mejor de los columpios. Antes de llegar bajábamos por "los roes" (de "Roar", es decir: rodar), pasamanos de las escaleras que subían a  "las casas nuevas", anchos, de piedra, y que hacían las veces de estupendos toboganes. Por fin, tras el improvisado y siempre seguro parque infantil, nos sentábamos a hablar. A todas  nos parecía que las hijas de los guardias civiles y las sobrinas de los curas sabían mucho más que el resto; quizá porque llevaban una vida más itinerante, o quizá, quién sabe, porque ambos, clero y "civiles", entrañaban para nosotras cierto misterio, un más que cierto ...
Voy a hacer un esfuerzo enorme, como el que me explicó mi madre hacían tantos padres (esa era la magia), para volver a creer en los Reyes Magos. Y al hacerlo pediré Esperanza; la que perdimos algunos y la que robaron a tantos. Alegría para celebrar los despertares, los alimentos, el cobijo, la familia y los amigos. Fuerza para luchar contra lo injusto, contra los injustos. Valentía para seguir pese a ellos, pese a nosotros mismos con nuestras  miserias ,nuestras derrotas y nuestras pérdidas... Cerraré los ojos, fuerte, fuerte, y soñaré que lo que deseo para mí llegará para todos. Ese será mi regalo. Feliz 2015 a todas las personas de buena voluntad. Que la vida os sonría.
Te resistes a mirarte en el espejo, a seguir viendo dos caras cuando ya solo hay una. Te resistes porque no te reconoces; quizás aún no aprendiste a verte sino a través de su mirada. Y la buscas entonces, y la rechazas si te llega porque ya no es la suya; porque sabes que nunca más será la suya, porque se confunde con la del extraño y te hace daño. A dónde van las miradas que perdemos? quién las roba, quién las troca hasta hacerlas irreconocibles? "El amor que he soñado en tu mirada será mi compañero" escribiste, casi niña, cuando aún no sabías nada del amor. Y cómo hacer para despertar en este inmenso vacio? Cómo para seguir caminando por la nada sin sueños ya donde cobijarte? Demasiado dolor para esconderse, como entonces, en los anhelos que hacía realidad tu fantasía. Y vuelves al poema de la niña que teme despertar "Siempre esta realidad que me atormenta y el mismo sueño azul que me cobija..."
Subo andando desde la casa de mis hijos en Antonio Grilo hasta Alonso Martinez. Dudo un poco, unos minutos, para decidirme a entrar por "mi zona": Pez, Pozas, Tesoro, Minas. En el camino a paso ligero -no quiero pararme demasiado en el ayer- voy buscando, casi sin querer, la panadería, el supermercado, la bodega, la mercería... No queda nada. Leo: "Casa Ángel" cerrada desde sabe Dios cuando, y me paro un momento a mirar el portal de la que fue nuestra casa. Alzo la vista: hay macetas en las ventanas; me pregunto si alguno de los niños que juegan en la calle, como entonces, vivirá en ella. Subo por Espíritu Santo mientras sigo recordando, de pellizco en pellizco, de partida en partida, el día y la noche -encontrados- de esta calle tan singular, tan disparatada, tan llena de contrastes que intentaban convivir. He pensado que subiendo por aquí me evitaría pasar por "La Vía" y con ello por recuerdos que pueden golpearme  con más fuerza todavía. Es...
"Hoy me propongo fundar un partido de sueños, talleres donde reparar alas de colibríes (...) Ala de colibrí, liviana y pura. Ala de colibrí para la cura." Silvio Rodriguez