Ir al contenido principal

"Yo quiero ser llorando el hortelano
de la tierra que ocupas y estercolas,
compañero del alma, tan temprano.
Alimentando lluvias, caracoles
Y órganos mi dolor sin instrumento,
a las desalentadas amapolas
daré tu corazón por alimento.
Tanto dolor se agrupa en mi costado,
que por doler me duele hasta el aliento.
 

Un manotazo duro, un golpe helado,
un hachazo invisible y homicida,
un empujón brutal te ha derribado.
No hay extensión más grande que mi herida,
lloro mi desventura y sus conjuntos
y siento más tu muerte que mi vida.
 
Ando sobre rastrojos de difuntos,
y sin calor de nadie y sin consuelo
voy de mi corazón a mis asuntos.
Temprano levantó la muerte el vuelo,
temprano madrugó la madrugada,
temprano estás rodando por el suelo.
No perdono a la muerte enamorada,
no perdono a la vida desatenta,
no perdono a la tierra ni a la nada.
En mis manos levanto una tormenta
de piedras, rayos y hachas estridentes
sedienta de catástrofe y hambrienta
Quiero escarbar la tierra con los dientes,
quiero apartar la tierra parte
a parte a dentelladas secas y calientes.
Quiero minar la tierra hasta encontrarte
y besarte la noble calavera
y desamordazarte y regresarte
Volverás a mi huerto y a mi higuera:
por los altos andamios de mis flores
pajareará tu alma colmenera
de angelicales ceras y labores.
Volverás al arrullo de las rejas
de los enamorados labradores.
Alegrarás la sombra de mis cejas,
y tu sangre se irá a cada lado
disputando tu novia y las abejas.
Tu corazón, ya terciopelo ajado,
llama a un campo de almendras espumosas
mi avariciosa voz de enamorado.

A las aladas almas de las rosas...
de almendro de nata te requiero,:
que tenemos que hablar de muchas cosas,
compañero del alma, compañero."

M. Hernández

.

Comentarios

Entradas populares de este blog

"Cuando de repente, a medianoche, se escuche pasar una comparsa invisible con músicas maravillosas, con vocerío - tu suerte que ya declina, tus obras que fracasaron, los planes de tu vida que resultaron todos ilusiones, no llores inútilmente. Como preparado desde tiempo atrás, como valiente, di adiós a Alejandría que se aleja. Sobre todo no te engañes, no digas que fue un sueño, que se engañó tu oído: no aceptes tales vanas esperanzas. Como preparado desde tiempo atrás, como valiente, como te corresponde a ti que de tal ciudad fuiste digno, acércate resueltamente a la ventana, y escucha con emoción, mas no con los ruegos y lamentos de los cobardes, como último placer los sones, los maravillosos instrumentos del cortejo misterioso, y dile adiós, a la Alejandría que pierdes." C. Cavafis

Me alejo...

A Javier, compañero, padre, hijo, tío, hermano, amigo... que nos dejó dibujada en el cielo, tatuada en el alma, su sonrisa. Para siempre. "Me alejo como el aire, sacudo mi bucle blanco en el sol fugitivo. Vierto mi carne en remolinos, y la dejo arrastrar por la mueca del encaje. Me entrego, a mí mismo, al barro, para brotar en la hierba que amo. Si me necesitas, búscame en la suela de tus botas. (.............................) No desfallezcas si no me encuentras pronto.  Si no estoy junto a tí, sigue buscando. En algún lugar te estaré esperando."  W.Whitman

Ángel González

-"Si yo fuese Dios y tuviese el secreto haría un ser exacto a tí; lo probaría (a la manera de los panaderos cuando prueban el pan,es decir: con la boca), y si ese sabor fuese igual al tuyo,o sea tu mismo olor,y tu manera de sonreir, y de guardar silencio, y de estrechar mi mano estrictamente, y de besarnos sin hacernos daño -de esto sí estoy seguro:pongo tanta atención cuando te beso-; entonces, si yo fuese Dios, podría repetirte y repetirte, siempre la misma y siempre diferente, sin cansarme jamás del fuego idéntico, sin desdeñar tampoco la que fuiste por la que ibas a ser dentro de nada; ya no sé si me explico,pero quiero aclarar que si yo fuese Dios,haría lo posible por ser Ángel González para quererte tal como te quiero, para aguardar con calma a que te crees tú misma cada día a que sorprendamos todas las mañanas la luz recién nacida con tu propia luz,y corras la cortina impalpable que separa el sueño de la vida, resucitándome con tu palabra, Lázaro alegre, yo, mojado todavía...